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Anutrof
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Nombre
Anutrof
Clasificación
Dios
Sexo
Masculino
Clase
Raza
Dragón
Otros apodos
El Gran Avaro
El Señor de los Abismos
El Dragón de Oro Flamante
El Susurrador de Cantos
Residencia

Anutrof, es el dios de la avaricia, la fortuna y todo lo que tenga que ver con oro y piedras preciosas. Después de todo, es un dragón ¿¡Qué esperabas!?

El pico de Anutrof[]

En Incarnam, hay un lugar al que todos los anutrofs desean hincar el pico: la Roca de la Fortuna. Parece ser que, en este lugar, el dios de escamas doradas enterró parte de su reserva de plata, como demuestra la presencia de su divina herramienta.

Todo el mundo sabe que el tesoro conseguido por el Gran Avaro no tiene límites: una pequeñísima parte sería suficiente para que cualquier mortal fuese rico hasta el fin de sus días. El fervor de los peregrinos y su entusiasmo al cavar solo están a la altura de sus esperanzas.

Se dice que un anutrof particularmente tenaz clavó tanto y tan profundo que acabó por atravesar Incarnam de un lado a otro. Según cuentan, cayó a través del Krosmoz hasta aterrizar en el Mundo de los Doce. Una vez allí, se sacudió la barba para quitarse el polvo celeste, y luego, siguió cavando.

Algunos mineros creen que este singular personaje puede ser el origen de las galerías que unen todas las minas del mundo. En algunos momentos del año, cuando la tierra deja de crujir, se dice que aún se puede escuchar el ruido metálico de su pala y su pico recorriendo las profundidades.

Sus mandamientos[]

  1. Tendrás recursos para todo y para todos.
  2. Aceptarás que todo lo que reluce no es oro, pero puede tener su interés.
  3. En caso de incertitud, te servirás de tu pala para profundizar en la cuestión.
  4. No revelarás el valor exacto de tus bienes, que calificarás de 'ahorrillos'.
  5. Buscarás oro hasta en el pan.
  6. Hablarás y comerás con los dedos.
  7. Si te atacan, te defenderás con explosiones de gas antes de batirte en retirada.
  8. Canta al trabajar y nada te minará la moral.
  9. Aprovecharás la antigüedad de tu físico para colarte delante de los mocosos en la fila de espera.
  10. Nunca rechazarás una experiencia enriquecedora, ni un almuerzo gratis.

Si no respetas estos preceptos, como penitencia estarás obligado a hacer un donativo consecuente para una buena obra.

¡Alabado sea Anutrof, el dios de las escamas doradas!

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